Conóceme un poquito más

Desde muy pequeñita me llamaba mucho la atención poder entender la conducta humana. Ya de adolescente empecé a hipotetizar sobre las posibles experiencias o vivencias que las personas podían experimentar para llegar a sentir, pensar o comportarse como lo hacían.

Esto empezó a despertarme cada vez más interés por entender, escuchar a la gente y acompañarla en su sufrimiento, sobre todo cuando su malestar provenía de situaciones injustas. 

Desde ese momento entendí que mi vida tenía que fluir hacia una profesión que me permitiera ayudar a las personas a buscar el camino que se merecían y tanto necesitaban, haciendo algo que, además, me encantaba.

Ahora tengo la suerte de poder dedicarme a ello intentando entender el origen que sostiene el malestar de las personas a las que acompaño, desenredando los nudos ocultos en las historias de vida de las personas que necesitan alcanzar su paz interna.

Es por esto que trabajo desde un enfoque integrador formado en trauma y apego, porque para poder hacer frente a lo que hoy nos hace daño, es importante poder entender lo que originó esas respuestas, emociones y pensamientos actuales que nos inquietan ahora.

Para ello, mi formación se ha basado en enfoques como la terapia cognitivo-conductual, terapia de aceptación y compromiso, EMDR o IFS, de forma que así pueda brindar la intervención más adecuada a las necesidades de cada persona.

Actualmente, sigo formándome y actualizándome continuamente para poder brindar la mejor atención posible a cada una de las personas a las que acompaño. 

¿Cómo ha transcurrido mi vida laboral?

Mi camino empezó en una asociación de niños con neurodivergencias a raíz de las prácticas extracurriculares de la carrera. La experiencia allí fue muy enriquecedora y me permitió conocer las maravillas y particularidades que se escondían detrás de estas personas y que mucha gente no es capaz de reconocer.

Sin embargo, poco después pude empezar mi carrera laboral en un gabinete en el que he colaborado durante 5 años. Durante todo este tiempo, he podido ir aprendiendo, no sólo de las formaciones, sino lo que para mí es más importante, las individualidades de cada una de las personas a las que he acompañado, como los ritmos que cada una necesita, la importancia del vínculo o la importancia de una buena comunicación entre otras. 

Cada personas me ha aportado un nuevo aprendizaje y es lo único que deseo seguir haciendo con cada una de las personas que depositen su confianza en mí, pues cada una me aporta más profesional y personalmente.